Mi salón parece un campo de batalla, lleno de serrín, tornillos, elementos varios de fijación, martillos, alicates, destornilladores, cinta métrica, un cepillo de dientes viejo, papel lija, un botón que se desprendió del puf, regla, bombillas, trapos, tijeras… En fin, y eso que lo recogí ayer después de terminar “el…